Educación y deporte

 

Hoy me apetece dar mi opinión a los padres/madres de pequeños deportistas sobre cómo afrontar los «malos partidos/malas competiciones».

Cuando era aún más joven y entrenaba equipos de niños y niñas, conocía a todo tipo de padres y madres y cuando veía comportamientos irracionales en ellos (protestas a los árbitros en partidos amistosos de niños y niñas de 7 años) mi cerebro les categorizaba como «padre-madre hooligan» y me obligaba a no entablar más relación que la estrictamente necesaria.

Ahora empiezo a entenderles.

Entiendo que es muy difícil ver a tu hijo/hija «luchando» contra otros niños y niñas y controlar tus emociones.

Pero como dice la canción: Nobody said it was easy...

Y aprovechando que yo aún no tengo hijos/hijas y que «todo se ve más fácil desde el sillón de casa»  pregunto, que me gusta.

  1. Imagina que puedes ver a tu hijo/hija cada día durante sus clases: Se esfuerza, intenta continuamente los diferentes ejercicios propuestos y aún así se equivoca con frecuencia.

¿Cómo actuarías ante esta situación?

Yo personalmente»quitaría hierro al asunto»  explicando que todos tenemos días malos y que yo no estoy orgullosa de que resuelva bien los ejercicios sino de que se esfuerce e intente hacerlos lo mejor posible cada día.

Básicamente le ayudaría a relativizar y a ver que un mal día no significa que no esté aprendiendo, y que lo importante es el esfuerzo y no el resultado, porque los resultados van a mejorar si continua trabajando así.

Me cuesta imaginar el siguiente comentario en esa situación:

-«Hoy te has equivocado una barbaridad. Parecías otra. Madre mía. Yo no sé que te ha pasado pero es que no has acertado ni una…  Una clase para olvidar. Espero que la próxima vez pongas más ganas en los ejercicios»

Curiosamente en el deporte competitivo casi todos los niños estarán en esta situación: Esforzándose todo lo posible y aún así cometiendo errores.

 

Porque competir también es un proceso de aprendizaje y para aprender hay que equivocarse.

Diría que el mejor entrenador (o el que más me gustaría para mi hijo/hija si mi hijo/hija quisiera hacer deporte-competición) sería aquel que provocase más errores en la práctica, sin llegar a frustrarle tanto como para que no disfrutase.

Qué fácil escribirlo y qué difícil manejarlo, lo reconozco.

Si partimos del principio básico de que una niña/niño elige hacer un deporte (es decir, nadie paga sus frustraciones infantiles obligándole a ello) y voluntariamente participa en competiciones, ese niño en las competiciones «se esfuerza todo lo posible».

Para su nivel, para sus capacidades, para su experiencia previa, para sus circunstancias personales. Pero todo lo posible.

Igual no corre por que aún no entiende dónde debería correr, igual aún tiene miedo del contacto, igual necesita más tiempo para procesar información visual/tomar decisiones, o igual está triste porque no ha venido su mejor amiga al partido y eso también afecta, pero lo que es seguro es que se está esforzando todo lo que puede ese día.

 

Antes de poner la cara de decepción y de hacer comentarios negativos sobre la actuación de tu hijo/a que crees que le convertirán en el próximo Nadal o antes de compartir con él/ella tu interpretación personal de «su esfuerzo en el campo» , pregúntate:

¿Quiero que mi hijo/hija sea profesional a toda costa?

¿Me da igual que se frustre aún más después de una experiencia ya de por sí  negativa o quiero que se sienta mejor y tenga en el deporte un «refugio» en el que solo cuenta que te esfuerces y te diviertas?

¿Este comentario que me apetece hacer después de una actividad en la que el niño sí se ha esforzado (porque en jugar los niños se esfuerzan) no significa mostrarle que me importa más el resultado (entendido como su performance) que su esfuerzo?

¿Estoy «empujándole» a ser mejor o simplemente dañando su autoestima al sentir él que ni esforzándose puede cumplir mis expectativas?

Cuando te sientes frustrada por algo que no te ha salido bien en el trabajo, ¿qué ayudaría a que te sintieras con más ganas de volver el día siguiente a mejorarlo?

Hay mil preguntas que podríamos hacernos antes de entristecer a un niño por algo como una competición infantil. Porque las competiciones infantiles, aunque a veces lo olvidemos, son sólo para aprender y divertirse.

 

 

¡Salvad a los niños! (Parte 1)

El objetivo principal de este blog, como ya sabéis, es compartir la información que descubro en relación con la salud y que me parece interesante.

¿Y cuál me parece interesante?

Demasiada, pero de un modo especial, me interesan todos esos comportamientos/costumbres que hemos llegado a asumir como normales y SALUDABLES, pero que en el fondo son todo lo contrario.

Y si ya me choca que la gente adulta no se preocupe por su salud (y no hablo de querer recuperarse de una enfermedad, sino de buscar una mejor salud de forma ACTIVA) me ESCANDALIZA lo que hacemos con los niños en nuestra sociedad.

Y lo que me preocupa es que al final tengo la sensación de que la información de calidad, está oculta y sólo accesible a quién dedica horas a buscar.

Todas las madres y padres quieren lo mejor para sus hijos, pero lógicamente no todos tenemos tiempo suficiente para leer los mejores blogs de NUTRICIÓN, MOVIMIENTO, DESARROLLO MOTOR, EDUCACIÓN, SALUD…

Esto hace que nos fiemos de lo que nos cuentan los medios, con sus estrategias maravillosas de alimentos enriquecidos, dibujos animados por todas partes, productos que nunca antes se habían utilizado y que ahora son imprescindibles y carísimos…

El caso es que ya estoy en una edad en la que muchas de mis amistades y familiares, tienen la responsabilidad (o la tendrán muy pronto 😍) de decidir por alguien.

Y como dijo Spiderman: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad»


Así que voy a intentar ayudaros, o al menos despertar dudas de si lo que es NORMAL hoy en día es también lo mejor que podéis hacer y lo que queréis para vuestro pequeño/a, para que después podáis investigar por vuestra cuenta en las mejores fuentes que he encontrado:

1. Alimentación:

Es sin duda donde he visto más desastres.

Por favor, no convirtáis a los pequeños en seres adictos al azúcar desde que nacen. Eso es lo que quieren los fabricantes de «Mi Primer Yogur» o «Mi Primera Galleta». A lo mejor aún no sabéis leer entre líneas los objetivos de la industria. Ya os ayudo yo.

 



Básicamente «Mi primer loquesea» significa:

«Te voy a cobrar 1 euro más por gramo, y encima te vas a creer que estás haciendo lo mejor por tu pequeño, (porque tú no le compras un yogur/galleta cualquiera de esos cutres, tú le compras el caro y adaptado para su edad) y no sólo eso, sino que en realidad le estás convirtiendo desde ya en un adicto al azúcar más (futuro cliente, ou yea!) que no sabrá apreciar el dulzor natural de una fruta, porque una fruta lleva la cuarta parte de azúcar que nuestros productos»

Tenéis que leer estos dos enlaces. Son cortitos y muy explicativos (pertenecen al blog Dime qué comes, escrito por Lucía, una gran D-N de Mallorca, para mis lectoras de la zona):

¿Qué le doy para desayunar si las galletas son malas?

La bollería industrial se disfraza de galleta infantil

Y no puede faltar otro de mis blog favoritos:

Me gusta estar bien

Estos 3 posts son sólo un comienzo, para que veáis que desde la industria alimentaria no sólo se juega con la salud de los adultos.

No puedo compartir (pero si comprendo), que la presión social tiene mucho que decir, y que no es fácil ir contracorriente  y que tampoco es fácil razonar con un niño/adolescente, pero creo que la salud del pequeño merece los esfuerzos. Y no, yo no tengo hijos todavía, así que igual me parece más fácil de lo que es…

2. Movimiento:

2. 1 Animadles a que se muevan mucho y de maneras diferentes

La principal función del cerebro es la de controlar el movimiento de nuestro cuerpo. Por eso es importante moverse: el movimiento no sólo trae salud, sino que es BÁSICO para el desarrollo cognitivo del niño.

Antes de vivir en Singapur tenía mis teorías sobre esto y lo que creía que era mejor, pero ahora lo confirmo sin ninguna duda.

Aquí cuando veo a un niño caminar puedo saber automáticamente con poco margen de error si la familia es una de esas familias que creen que lo importante para el futuro del niño es pasarse 12 horas al día estudiando (La influencia China), o si por contra es una familia pro-actividad física.

No te das cuenta de la importancia del movimiento (en la socialización de los niños, en que sepan jugar en equipo y cooperar, en que simplemente JUEGUEN, «equivocándose» sin otra consecuencia que la de perder un punto…) hasta que ves lo que pasa si se priva a un niño de todo eso.😱

Cuando les llevéis a un parque, ponedles retos diferentes:

– Colgado en la barra, a ver cuánto tiempo aguantas…

– ¿Eres capaz de ir hasta … como si fueras una rana/canguro/cangrejo…?

Hay miles de cosas que se pueden hacer, y si tenéis interés puedo compartir más, pero aunque os parezca una tontería, a los niños les encanta que los mayores les retemos. Mi padre era experto (y a mi me encantaba) en » A ver cuánto tardas en dar 3 vueltas y volver…» hasta que descubrí (ya mayorcita) que no me cronometraba 🙂

Y otra crítica: Creo que en España éramos más pro-actividad física de lo que somos.

Cuando yo era pequeña (y no tengo 90 años) no era raro hacer dos deportes a la vez (sobretodo si eras chico), o al menos tener toda la tarde libre para ir con la bicicleta, jugar con una pelota, o ir a un parque.

Ahora los niños tienen horarios de adultos estresados (los deberes*, el inglés, el conservatorio de música, las clases de kummon, el ajedrez…) y hacer 1 hora de actividad física cada tarde parece imposible.

* Queridos profesores, en mi opinión personal, las 6 horas diarias que pasa un alumno en el colegio, SENTADO, deberían ser más que suficientes para que hiciesen sus tareas. Por miles de motivos los deberes me parecen una injusticia, y me encantaría debatir con quien los considere necesarios ¿Es el colegio un centro de desarrollo personal o una forma de intentar acostumbrar ya desde la infancia a lo que nos espera como adultos?

En resumen, Olvidáos de que el ejercicio es sólo para la SALUD. El ejercicio es para la SALUD y para otras muchas cosas, así que buscadle un hueco en el horario de vuestros pequeños, o buscad un cole que incluya en las horas lectivas más actividad.

2.2  Pies libres

Los que me conocéis sabéis que soy una «pies sucios» por deficinición.

La felicidad completa y absoluta en Ses Casetes Des Capellans se debía en parte a la gente que lo habita, en parte a los chiringuitos «hippie-chic» que frecuentábamos (La Ponderosa y Can Gavella, ) en parte a la playa paradisíaca, y de una manera muy especial al placer de vivir descalza.

Y lo sé, son monísimos esos zapatos/zapatillas de deporte para bebés que aún no pueden ni caminar, pero les hacemos un flaco favor a los pies en desarrollo de los niños.

Atentos a lo que nos cuenta Marcos de Fitness Revolucionario:

Un interesante paper, subtitulado “Niños descalzos igual a niños más inteligentes”, detalla cómo el calzado para preandantes y de gateo interfiere con el desarrollo psicomotriz del niño. Algunos mensajes:

  • En los primeros años de vida, moverse descalzo es fundamental para el correcto desarrollo del sistema nervioso.
  • El desarrollo motor es el sustrato del desarrollo intelectual. Es imprescindible para acceder a procesos superiores del pensamiento.
  • Coger sus propios pies produce experiencias sobre los límites del propio cuerpo, y en consecuencia desarrollo cognitivo. Los pies descalzos y los pies llevados a la boca ayudan a la madurez de la propiocepción.
  • No debemos reprimir la sensibilidad táctil de los pies calzándolos. Informan del mundo exterior, transmitiendo sensaciones de temperatura, texturas… que favorecen el desarrollo psicomotor del niño. Debemos cuidar y potenciar la libertad de movimiento de pies y dedos.
  • El niño necesita el estímulo táctil, de presiones, de irregularidades del terreno para desarrollar la propiocepción, mejorar la posición de articulaciones y reforzar la musculatura.

La conclusión final es clara: “No debemos poner impedimentos al desarrollo propioceptivo, neuromuscular e intelectual del niño encerrando sus pies en un calzado que no necesita, al contrario se deberá estimular a los niños a disfrutar de su cuerpo y de su motricidad con los pies descalzos”.

Lo pongo tal cual porque no creo que se pueda mejorar/añadir/eliminar nada. Está perfecto como está y os animo a que leáis el artículo completo y os descalcéis con más frecuencia de la que lo hacéis ahora.

2.3 Sentadilla

Este último punto es, desde mi punto de vista, el menos importante/clave en relación al movimiento, pero como hace tiempo que lo intento mejorar en mi misma y me está costando horrores, creo que si les mantenemos la costumbre desde pequeños, puede ser más sencillo tener una musculatura funcional.

En este caso, os dejo con Entrenalisto, que nos explica muy bien cómo se realiza una sentadilla, y por qué nos llevan ventaja en Asia en este tema:

Reflexiones, inodoros y demás historias

Si sólo quieres el resumen, me quedo con esta frase:

«El deterioro músculo-esquelético que invade nuestra sociedad tiene precisamente origen en este uso inapropiado que damos a nuestro diseño anatómico»

Vamos, que la evolución nos ha diseñado para unas cosas, y nosotros hacemos otras.

Probad vosotros a hacer la sentadilla, y después pedidle a vuestro hijo/a que os enseñe. Hay tanto que aprender de ellos…

Hasta aquí la Parte 1. Espero que os haya gustado y que os quedéis con ganas de leer la parte dos, dónde compartiré información sobre la Vitamina D, los antibióticos, la miopía, y cualquier otra cosa que me preguntéis si os animáis (y si encuentro información interesante) sobre los más pequeños.

¡Muchas gracias!