Solemos aprovechar los cambios de año para hacer balance y decidir nuevos caminos.
No tendría por qué ser así (esperar al final de un año para cambiar lo que no hacemos bien), pero siempre es mejor hacer balance en Diciembre e intentar nuevos hábitos en Enero, que no hacer balance y seguir sin cambiar.
Una de las frases de “ánimo” que más me gustan es la de “no dejes que lo perfecto sea enemigo de los bueno”. La he discutido muchas veces con psicópatas del perfeccionismo, y como NADIE es perfecto, sigo pensando que tengo razón, y que cualquier cambio a mejor, por pequeño o insignificante que sea, es sin lugar a dudas, mejor.
Por otra parte, cada vez estoy más convencida que nuestro peor enemigo cuando queremos cambiar costumbres, somos nosotros mismos. Juzgamos (mentalmente) todo lo que hacemos y dejamos de hacer y nos autodesanimamos.
Os cuento una experiencia personal en esto de autojuzgarse 🙂
Hace un tiempo empecé a “querer correr”. Envidiaba a la gente que disfrutaba de salir a correr, y como sé que es positivo en muchos aspectos lo intenté. Como entrenadora personal (con la mayoría de amigos en el mundo del deporte) me parecía supernecesario medir siempre todo. (¿Cuántos minutos? ¿Cuántos kilómetros? ¿Cuántas zancadas por minuto? ¿A qué velocidad?)
¿Por qué me parecía necesario medir? Para poder controlar el progreso. ¿Y de que me servía medir “el progreso” (entrecomillado porque a veces no era tal)?
Para poder juzgarme.
Cuando empezaba a correr empezaba también a sufrir.
No era capaz de seguir el ritmo que me había marcado, no era capaz de aguantar los kilómetros que tocaban, no conseguía mantener la técnica correcta y me dolían las articulaciones…
Para colmo de males, el sufrimiento no se acaba cuando terminaba mi carrera. La rodilla seguía doliendo al día siguiente, estaba agotada, tenía agujetas en todo el cuerpo y lo ÚLTIMO que tenía eran ganas de correr otra vez.
Mi conversación interna era algo como: “Pues vaya entrenadora saludable que estás hecha, que no eres capaz de correr ni 5 tristes kilómetros en 25 minutos. Vaya desastre de resistencia, a punto de morir tras un kilómetro al ritmo que deberías…”
Y muchos más pensamientos igual de “positivos”.
Por una parte si en su momento lo hubiese pensado bien, lo único que buscaba con salir a correr era:
- Moverme más instaurando un nuevo hábito
- Despejar mi mente y oxigenar mis neuronas
- Liberar endorfinas y sentirme mejor
Esos objetivos (que eran los reales) sólo necesitaban que saliese a correr (sin importar cuánto tiempo ni a qué velocidad) y que parase antes de sentirme agotada. No era nada difícil, pero yo me empeñaba en complicarlo.
Por otra parte, si alguna de vosotras me dijera que ha probado a salir a correr y ha sentido que no podía cumplir las exigencias que se había marcado, me resultaría fácil la solución:
“Rebaja las exigencias. Es algo que haces por placer. Que te hará sentir mejor por el mero hecho de hacerlo (independientemente de cómo lo hagas) y que sólo necesita ser un hábito para mejorar sin que te des ni cuenta”
En cambio, en mi diálogo interior era bastante malvada conmigo misma, juzgándome muy negativamente y ayudando más a desanimarme que a seguir.
De mi experiencia me quedo con lo siguiente:
- Es interesante revisar bien lo que de verdad queréis conseguir (adelgazar, sentiros mejor, tener más energía, estar más felices…) Lo que sea de verdad vuestro objetivo para concentrarse en eso.
- Hablad con vosotras mismas como lo haríais con una buena amiga. No seáis impacientes ni os juzguéis duramente. Un poco mejor es mejor.
Así que a pensar. ¿Qué os habíais propuesto en el 2017?
Si habéis conseguido algo o al menos seguís en el camino iniciado en Enero, ¡enhorabuena!
Mi IDEA en la siguiente entrada es proponer en orden de importancia (bajo mi criterio personal y mi experiencia) hábitos que harían tu vida más saludable.
La idea de “12 meses, 12 causas” pasada a “12 meses, 12 focos de salud”.
Creo que en un exceso de optimismo y confianza podemos pretender abarcar más (a mi me ha pasado bastantes veces), pero «quien mucho abarca, poco aprieta» y un foco mensual o intento de nuevo hábito hay que apretarlo bien y mucho para que se consolide, así que iremos mes a mes, centrándonos en una cosa y añadiendo poco a poco otras.
Quiero agradecerte que hayas decidido leer esta entrada a pesar de todo el tiempo que llevo sin escribir.
La idea es retomar (con mejor organización y más compromiso) mi blog, para compartir contigo los propósitos de año nuevo (en detalle) que te pueden ayudar a convertirte en una persona más saludable.
Espero que te gusten y te resulten útiles, y me encantaría y ayudaría recibir tus opiniones y dificultades o avances si decides seguirlo.
Uno de los objetivos del blog es el de conocer a gente como tú con preocupaciones e intereses similares a los míos, y entablar relaciones (a distancia) que me permitan aprender y ayudar, y por eso me encantaría recibir un comentario con más ideas, problemas, dudas, o simplemente saludos.
Sin más, que pretendo ser breve y práctica, te dejo con IDEAS.